Secundaria, años nuevo, cole nuevo gente nueva, parecía ser el cambio que tanto necesitaba.El primer año fue un año normal, sin mucho cambio, me integre bastante bien en clase, a gente me trataba bien, todos eran tan majos, incluso había un chico, era tan mono él, pero como siempre me quede en la sombra de mi amiga, nunca logre ser mas que ella y conseguir al chico, ella siempre destaco más que yo, pero aprendí a vivir con ello.
El segundo año mejoro un poco, decide que con el año nuevo tenía que hacer algo con vida y me cambie de look. Tal vez fue eso lo que hizo que él se fijara. Hicimos una excursión en la que encontré un chico tan maravilloso, que me trataba tan bien, que me quería de verdad. Estuvimos casi medio año juntos, pero las malas compañías hizo que el amor se acabara, ese verano de segundo de la ESO lo cambio todo, me arrepentiré todo mi vida del haberle dejado de esa manera cuando todavía le quería, de haber tirado toda mi vida a la borda. Ya en tercero de la ESO...él dejo de hablarme, hasta que un día me llego un mensaje al móvil diciendo que todavía me quería (creo que aún conservo ese mensaje), y yo como una tonta caí en su mentira. No se le había olvidado que le deje y quiso venganza (o eso dijo después), me utilizo como quiso, jugo con migo como le dio la real gana y yo como una tonta caí en su trampa una y otra vez, me creí todos y cada uno de sus "te quiero" cuando en realidad eran casi todos falsos. Ese gran desengaño me llevo a que la poca autoestima que tenía se destruyera, desapareciera. Empecé a darme asco, a no gustarme y en consecuencia de eso empecé a tomar pastillas para adelgazar, con tan mala suerte de que mis padres me pillaron y fui de cabeza a un psicólogo (que no sirvió de mucho la verdad). Estuve todo tercero de la ESO con dietas absurdas, con atracones, ansiedad, vómitos... no sabía como controlarme, no sabía que hacer con mi vida.
El último año no cambio mucho la verdad, yo seguía enamorada de él, pero el pasaba de mi. Seguía con las dietas, pero esta vez si que hicieron algo, entre los vómitos, las noches sin cenar y la dieta adelgacé unos 7 kilos, pero seguía dándome un asco tremendo. En verano me entere de que una amiga mía tenia los mismos problemas que yo, que estaba pasando por lo mismo y nos apoyamos mutuamente, tanto que llegue a los 66 kilos. El asco seguía hay, he estado todo el verano del 2010 avergonzándome de mi cuerpo, pero aún así me ponía en bikini (aunque he ido pocas veces a la playa).
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